domingo, 20 de mayo de 2012

Entrada 7

ESTOY SOLA. SOLA Y NADA MÁS.


De vuelta a casa, me paseo por todas las habitaciones de mi casa. Cuidado, el aburrimiento puede ser mortal.
Primero, un pequeño recibidor con un espejo y un perchero, después, la cocina blanca e impecables como siempre, el comedor, un gran salón con un sofá rojo donde nadie se sienta, un baño bastante espacioso y las habitaciones de mi madre y mi hermana. La de mi madre es bastante grande pues sustituyó la cama de matrimonio que ocupaba el centro de la habitación por una más pequeña. La de mi hermana está pintada de azul celeste y está llena de los dibujos que mi padre hizo cuando era pequeña.

Os preguntareis donde duermo yo (yo soy pobre y duermo con las ovejas). He dejado lo mejor para el final. Mi habitación esta en el ático. Es grande y abuhardillada y tiene una ventana por donde se ve la carretera que lleva a la ciudad. Las noches de luna llena, el espectáculo es precioso, la luna se refleja sobre un pequeño lago que hay en medio del bosque y a lo lejos se divisan un montón de pequeñas lucecitas de la ciudad.

Esta habitación ha sido testigo de mi crecimiento. De pequeña, me gustaba quedarme a dormir aquí, en vez de en la cama que tenía en la habitación de mi hermana, que aun no había nacido (bonitos tiempos y anhelados).
Esta habitación está llena de recuerdos, como las pintadas que hay detrás de mi armario que mi madre quiso quitar.

Mi cama está junto a la ventana, cubierta por una colcha negra de Marilyn Manson. En realidad, no hay mucho que ver. Dibujos mios por todas partes. Todo es negro. La muerte de mi padre me sumió en la mas completa oscuridad.


YA NUNCA MAS VOLVERÁ EL CUERVO
A ALZAR SUS NEGRAS ALAS.




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