FEEL LIKE A ZOMBIE
Escucho la cerradura de la puerta principal al abrirse desde mi habitación. Después, unos pasos que se arrastran hacia la cocina y una frase que me se ya de memoria:
-¡Hija, ya estoy aquí! ¿Todo bien?
Pero no contesto. Yo nunca lo hago y ella lo sabe, está acostumbrada. Igual que las dos estamos acostumbradas a que mi hermana pequeña se quede a dormir en las casas de sus amigas que viven en la ciudad.
Ahora, mi madre se arrastrará a su habitación y después de darse una ducha, preparará la comida. Ha sido así
desde hace dos años, diez meses y once días.
Esta vez no es una excepción porque tras unos veinte minutos, oigo la voz de mi madre pidiéndome que baje a comer.
-¡La comida ya está lista, cielo!
Ahora bajaré y, tras intercambiar un par de frases con mi madre, nos pondremos a comer en silencio. Lo se, porque ha sido así desde hace dos años, diez meses y once días.
ZOMBIES NO FEEL NOTHING
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